¿En qué momento la palabra vianda empezó a sonar como algo aburrido, vinculado a lo dietante restrictivo o sólo un lujo reservado para las personas que tienen tiempo? Acá te invito a descubrir y a volver a conectar con el noble gesto de prepararte algo tan importante como tus alimentos, aunque estés fuera de casa.
Sí, soy una señora vianda. En realidad me he trasformado con los años -que ya son muchísimos- de comer plantas. Así que un poco por necesidad y otro por elección, nunca salgo de casa para enfrentarme a una larga jornada laboral, estudiantil o incluso de viajes, sin llevarme alguna propuesta alimentaria.
Y te paso a detallar, por qué seria interesante que vos también lo pongas en práctica, desarmes prejuicios al respecto o al menos puedas sumar alimentos si es que no te la podes o no te la querés (también es válido) armar.
Así como también cómo convertir esto en una ventana de gestión del tiempo que te permita salir del loop real (aunque también un poco ficticio/inventado) del “no tener tiempo” para armarte una vianda.
En Argentina, decimos vianda a la comida que una persona se prepara en su casa y se lleva al trabajo, a la facultad, al parque o incluso de viaje. Pero esta práctica trasciende el nombre: en otras partes del mundo se llama lunchbox, bento, tupper (marca), lonchera. En todos los casos, hay una historia de cuidado, previsión y cultura que se pone en juego.
Desde los campesinos que llevaban su pan con queso envuelto en tela, hasta las loncheras de colores de los 90 con divisiones y tapitas, las viandas siempre fueron una forma de autonomía alimentaria. Una forma más de decir: “me cuido, me organizo, me doy lo que necesito”
Llevar tu propia vianda no es solo una elección económica o nutricional. Es un gesto cargado de sentidos: implica planificación, conocimiento de tus gustos, de tu rutina, de tus horarios y necesidades. Es un acto psicosocial, porque conecta con cómo nos vinculamos con la comida, con nuestros cuerpos y con el entorno.
Una vianda también es resistencia ante un entorno que te empuja a consumir lo primero que encontrás: generalmente ultraprocesados, snacks dulces o salados, gaseosas llenas de azúcar o edulcorantes, y como si fuera poco: todo envuelto y contenido en kilos y kilos de plásticos de un solo uso.
Y sí, también es autocuidado, es un mimo. Ante la inmensidad de la vida cotidiana y de los ritmos ansiógenos que abruman: saber que tenés algo casero, rico y elegido por vos esperando en la mochila, puede cambiarte el día. Puede darte ese abrazo nutricional al estilo “comford food” que necesitás.
Hablemos de algunas ideas:
Acá van algunas ideas prácticas que podés adaptar a tu estilo, y que podés comer frías, tibias o como estén.
Todas basadas en plantas, pero podés adaptarlas.
Obvio que la refrigeración dependerá del tiempo que tengan que estar fuera (a temperatura ambiente) del tipo de alimento (no es lo mismo un sándwich que un guiso) y de la temperatura ambiente (no es lo mismo verano que invierno). Todo esto, deberás evaluarlo en (tu propio) contexto.
• Wrap (fajitas o dosas caseras o compradas) con hummus, vegetales crudos y/o cocidos
• Arroz integral con tofu, aceitunas negras, palta y algún fermento: delicioso queda el chucrut acá!
• Rebozados de tofu (pueden ser comprados!) + ensaladita + frutos secos y palta
• Empanadas caseras de soja texturizada + cherry y bastones de apio y zanahoria + limoncito
• Tortillas y/o tartas caseras + repollo y zanahoria + palta o aceite de oliva + limón
• Sándwich de tofu sazonado + plantitas crudas
• Sándwich de medallón de legumbres con hummus y plantas
• Medallón de legumbres cortados + vegetales crudos cortados + papitas al horno
• Ensalada fresca con arroz, lentejas, apio, morrón, aceitunas, zanahorias, cherry, etc
• Dip de legumbres + pancito + plantas
Sirve mucho llevar dips o salcitas separados, o inclusive una vinagreta. En algun frasquito o recipiente pequeño individual.
Y si no llegaste a hacer una vianda completa, llevar snacks que puedan ser parte de la comida que compres en la calle como por ejemplo alguna empanada, o propuestas que te permitan llegar mejor a la siguiente ingesta. Aquí algunas ideas:
- Bastones de zanahoria y pepino, cherrys
- Garbanzos crunchy
- Pan de lentejas (o el que tengas) en rodajas + palta y tomate (o simplemente oliva por encima)
- Frutas frescas con frutos secos.
- Barritas de cereal compradas que sean proteicas y que te gusten (a leer ingredientes!!)
- Recipiente con mix de: frutos secos, quinoa pop sin azúcar, garbanzo o soja texturizada (si, se puede comer así) pasas de uva, etc.
Fundamental: lleva un juego de cubiertos (pueden ser de plástico pero que no sean de un solo uso) siempre -siempre- en tu mochila. Así por lo menos no consumís esos tenedores horribles de plástico que te dan cada vez que comprás comida al paso. Así como tu botellita de agua cargada.
En tiempos donde el sistema alimentario no está pensado para nuestro bienestar, llevar vianda puede ser un pequeño acto de revolución. Es economía, salud, y también afecto. No siempre se puede, claro. Pero cuando se puede, vale mucho, impacta mucho y significa mucho.
No lo dudes, es el mejor tiempo invertido.
Si te sirvió este blog, no dudes en compartirlo, comentar e interaccionar con el. Lo estaré esperando.
TKM. Nutriló.
Gracias por las ideas!! Siempre que puedo me hago viandas, tengo pendiente tener preparados cubiertos, eso siempre me olvido.
Gracias a vos por comentar! A SUMAR!! y si, tener cubiertos es lo mas!
Mil gracias!!!! Tengo que probar el tofu. Todavía no me animé y un hongo q preparaste -creo q es melena de león- para ver si me gustan. Un abrazo y gracias. Me da inspiración 💖
Que lindo es sumar y probar cosas y alimentos nuevos!! Gracias!!
Hermoso ! Para implementar 💪
Adelante!!!
Muchas muchas gracias por tu aporte permanente y mantenernos en salud.
Me encantó “vianda como resistencia”.
Voy a incorporar tus propuestas a mis viandas. Abrazo
Que lindo que te haya gustado!! 🙂
Gracias!!!
Graciaaas!! Amo cómo en todo lo q compartís intentas sembrar el cuidado amable para con uno mismo y el planeta, a la vez q metes un toque de active de algo, sean lentejas o conciencia…así nomás, de paso. 💚
Gracias!! y todo lo que decis no es una tarea fácil más aun en los tiempos que corren. Gracias por hacermelo saber! 🙂
Gracias !
A vos!!
Geniales tus ideas Nutrilo, gracias!!!
Que bueno que te sumen! gracias!!!
Me encanto toda la datita 🙌🏼 voy a ir sumando cositas de a poco ☺️
Genial!!! 🙂
Gracias muy buenas propuestas y las pondré en movimiento
Adelante!!! gracias!
Gracias! Me encantó la vianda como acto político de cuidado y organización.
Gracias por la ideas para nutrir la pancita, el cerebro y el corazón!!!
Qué hermoso comentario!! gracias!!
Gracias! Me re sirve esta info porque estoy mucho afuera y termino comprando cualquier cosa
A ponerlo en practica!! te cambia la vida, real!
Gracias! La organización es clave. Sacarse la vergüenza de sentarse en una plaza, o un banco a comer.
Que interesante lo que decis, porque para mi es un lujo sentarse en una plaza o parque, con pastito, sol y aire fresco! De hecho lo es mas que sentarme en un restaurant o local de comidas. Y mucho mas comodo! jaja Abrazo enorme
Se me hizo agua la boca con algunas de tus ideas Ro, siempre al pie del cañón con tanto conocimiento. Gracias por tanto 💖