¿Alguien puede pensar en lxs niñxs? Cuando los posicionamientos alimentarios no son hegemónicos

Contextualizando un poco todo, sabemos que estamos en un sistema de creencias donde lo visible y lo normal (léase lo normativo y dominante)  es el consumo de demás animales desde la mas temprana edad sin muchos cuestionamientos.

El carnismo (Joy. M.,2013) es el termino que se usa para describir esto, haciendo referencia a un sistema de creencias dentro de un mundo con trato especista (Ryder, R.,1970) donde consideramos normal, natural y necesario consumir animales. A su vez, en nuestro país fundamentalmente, comer animales y todos los rituales de comensalidad que giran alrededor de esto, lo consideramos parte de una estructura que representa identidad nacional (Navarro. A., 2016).

La cultura enmarcando lo social, el modelo de hegemonía en salud, las instituciones y sus profesionales, los dispositivos de comunicación, las industrias y el modelo productivo, y el conjunto de personas que integran la sociedad (o sea, todxs) operan considerablemente fuerte para sostener un status quo. Para marcar lo establecido y si salís de ello: miedo, muerte, fatal destino y not found 404.

¿Realmente pensamos que elegimos? ¿O somos producidos y a la vez reproducimos determinados patrones del contexto socio-histórico -político -cultural en donde nos encontramos?

Una infancia se alimentará (o tendrá una elección más marcada “hacia”) como se alimenten sus primeros vínculos, su espacio mas cercano, su familia. Que, reitero, a su vez es producida socialmente.

Si sus vínculos cercanos comen animales, probablemente así será (o no). Y si deciden hacerlo, así será (o no, nuevamente), así que resulta ser algo muy honesto brindar la posibilidad de elección, más aún en un espacio de privilegios. Sino, ¿quién elije algo que no sabe que existe?

Poder charlar con nuestras infancias sobre la decisión familiar o sobre diversos posicionamientos alimentarios es parte de una crianza respetuosa. Generar espacios de confianza necesaria para resolver dudas, abriendo espacios para que se brinden sin temor a ser juzgados. Posibilitar el desarrollo de un buen vinculo con los alimentos y con la comensalidad en si misma, es un gran acto de amor. Y quien dice que no sanamos a nuestros propios niñxs internos en ese proceso.

Construyamos un mundo donde el “no te levantas hasta que termines el plato” o “si no te gusta la carne te la comes igual, vas a ser vegeta cuando seas grande, dejate de joder con el vegetarianismo” no existan mas. Donde el plato no sea un lugar mas de violencia. Donde podamos acompañar con respeto, responsabilidad y amor.

Seguro entraste a leer si es posible llevar una alimentación basada en plantas en infancias. Claro que es posible, no lo digo yo. Sino más bien hago eco de las principales sociedades que emiten un gran cuerpo de literatura científica al respecto. Pero requiere de responsabilidad social, como con cualquier posicionamiento alimentario.

Alimentarse a plantas requiere conocer un mundo un poco -a veces bastante- nuevo y esto es todo un desafío. Alimentarse a base a plantas lejos está de representar “hacer la dieta infalible”, porque si estas buscando eso: NO EXISTE. Todxs podemos enfermar, y todxs podemos morir a menos que tengas algún poder extra jajaa

Comer plantas es posible, es político y por sobre todas las cosas es intentar hacer de este mundo uno más justo para todxs. 

Nota importante: internet, las redes y videos en yt no reemplazan una consulta con profesionales idóneos en el tema.

tkm. Nutriló